La arquitectura como escenario: Tres funciones variadas en Lima

Escrito por Fabio Rodríguez Bernuy
Publicado el 10 de Noviembre, 2015

Los arquitectos plantean muchas veces la creación de proyectos en los que el diseño es protagonista y el entorno es considerado un telón de fondo. ¿Cómo afrontar una situación en la que estos papeles se invierten? A continuación, presentamos tres proyectos peruanos en los que la arquitectura funciona como un escenario relacionado al teatro, la televisión o la remodelación de edificios históricos. Mayor información después del salto.

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Escenarios reinventados
El Teatro Municipal de Lima, antiguamente conocido como Teatro Forero, fue considerado uno de los mejores escenarios de Sudamérica desde su inauguración en 1920. Con el paso del tiempo, la decadencia del sitio se hacía más evidente, hasta que un voraz incendio consumió gran parte de la infraestructura en el año 1998. A pesar de los daños, la estructura se mantuvo firme y entre sus restos aun se podía reconocer la grandeza que antaño tuviera este edificio. Previo a la remodelación del teatro en el año 2010, el arquitecto Luis Longhi tuvo el encargo de realizar la escenografía temporal de cuatro obras: Rey Lear (1999), Fausto (2001), El musical (2002) y Otelo (2002).

Las intervenciones se caracterizaron por utilizar tubos y una rampa hecha de malla metálica, diferenciando el vocabulario de los elementos añadidos con respecto al edificio original. Cada una de las obras exigía la implementación de nuevos elementos que brinden un carácter tridimensional al espacio escénico, entre los que se encontraban nuevas plataformas, puentes e incluso la reutilización de los escombros del teatro. En palabras del arquitecto, "las heridas aún abiertas requerían atención, conmovían, pero el teatro no deseaba compasión: había que ayudarlo a erguirse con la dignidad que merecía".

Escenarios detrás de cámaras
Desde sus inicios en el año 1990, la agrupación teatral Pataclaun se ha caracterizado por su particular estilo de comedia basada en la improvisación y las narices rojas. El arquitecto Elio Martuccelli es quien estuvo cargo de la escenografía de los proyectos más importantes de esta asociación, brindando un marco espacial y cromático para los personajes a través de ilusiones ópticas y un lenguaje exuberante propio de la vivienda popular peruana. Su trabajo inicia con las obras "Pataclaun en el A.M.O.R." (1991) y "Pataclaun en la ciudad" (1993), en un fenómeno social que no tardó en llegar a la pantalla chica.

La enorme popularidad que obtuvieron las dos temporadas de "Pataclaun" en la televisión (1997 y 1999) marcó un sello indiscutible en la estética claun que continuaría con "El Santo Convento" (2008) y "El Santo convento se muda a un departamento" (2010). En palabras del arquitecto Martuccelli, "el humor es una de las formas de la verdad", razón por la que busca reflejar a través de estas escenografías una realidad común en las ciudades latinoamericanas.

Escenarios para la historia
El edificio que alberga las instalaciones del Museo de Arte de Lima (MALI) data del año 1872 y es una de las más tempranas e importantes obras latinoamericanas construidas en fierro. En el año 2004 se realiza un concurso de arquitectura para la renovación de este museo, a través del cual se le asigna el proyecto al reconocido arquitecto Emilio Soyer Nash. La propuesta consiste en la colocación de muros de tabiquería seca que generen un recorrido espacial en torno a la sala central y los ambientes laterales.

Esta secuencia se encuentra remarcada por una iluminación natural cenital. La arquitectura original del edificio es también parte de la exposición permanente, por lo que se buscó la mínima intervención y el realce de elementos como las columnas de fierro forjado. La utilización de planos limpios sirve como escenario para el protagonista central del recinto: Una colección artística que abarca más 3000 años de historia y que se muestra al público luego de siete años de trabajo.